Un estudio en
la Sierra Nororiental de Puebla. México, arrojo los siguientes resultados:
El bambú es
considerado como un producto forestal no maderable que en los últimos años ha
generado ingresos, tanto como materia prima, como también agregándole valor e
innovación en los mercados. Además de generar ingreso a las familias rurales,
también favorece la sostenibilidad del bosque, la biodiversidad y otras
necesidades ambientales. En este sentido, el cultivo del bambú es una nueva
alternativa que están adoptando los cafeticultores de la Sierra Nororiental de
Puebla como parte de la diversificación de su predio. Se aprecia un notable
aumento de personas que están empezando a cultivar esta especie, con la
principal finalidad de venderla. Aunado a esto se encuentran otros beneficios
difíciles de medir como son la obtención de materia orgánica, sombra y
protección al cafetal. Uno de los problemas que afrontan es la falta de
asesoría en el manejo del cultivo del bambú. Se recomienda mejorar el programa
de capacitación acerca de los aspectos básicos del manejo del bambú y políticas
más eficientes de difusión en regiones con potencial para el crecimiento del
bambú.
La mayoría de
los productores está de acuerdo en participar en un programa de pago por
servicios ambientales y en lo posible aumentar la superficie cultivada con
bambú. Sin embargo, es importante resaltar que no están dispuestos a tener una
plantación exclusiva de bambú. Por tal motivo, la propuesta que se hace a los
productores es que participen en un programa de PSA* pero bajo la modalidad de
sistemas agroforestales. Es claro que para lograr un proyecto de este tipo se
requiere de la organización de los productores, sin embargo, la falta de
información es un factor limitante. Es necesaria la difusión del sistema PSA a
las organizaciones campesinas y sobre todo en las regiones con alta diversidad
de flora y fauna. Lo principal es que una organización pueda desarrollar un
proyecto o programa de esta naturaleza, especialmente cuando los beneficiarios
van a ser las comunidades. Paralelamente se obtienen otros beneficios que
generan otras externalidades positivas como el mejoramiento de la salud (al
obtener agua de buena calidad y disminuir el riesgo de contraer enfermedades
transmitidas por el agua contaminada), la provisión de un espacio para la
recreación, y la generación de aire limpio, entre muchas otras.
*Los pagos por servicios ambientales (PSA)
son una clase de instrumentos económicos diseñados para dar incentivos a los
usuarios del suelo, de manera que continúen ofreciendo un servicio ambiental
(ecológico) que beneficia a la sociedad como un todo. En algunos casos, los
pagos buscan que los usuarios del suelo adopten prácticas de uso que garanticen
la provisión de un servicio en particular (Ejemp.: plantar árboles con fines de
secuestro de carbono)
Estudio realizado por Estudiantes y profesores de la Universidad Autónoma Indígena de México: Nelsson Pérez-García, Manuel Rueda-González, Gustavo Enrique Rojo-Martínez, Rosa Martínez- Ruíz, Benito Ramírez-Valverde, José Pedro Juárez-Sánchez Fuente: Redalyc.org http://ht.ly/tgv53